miércoles, 11 de julio de 2012

Planificación: la historia

Cristina Cerrada (Madrid, 1970) es licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura comparada, socióloga y escritora. Es autora de los libros Noctámbulos (Lengua de Trapo, 2003); Compañía; Calor de Hogar, S.A. (Algaida, 2005); Alianzas duraderas (Lengua de Trapo, 2007); La mujer calva (Lengua de Trapo, 2008); Anatomía de Caín (Baladi 2010) y Cenicienta en Pensilvania (DVD 2010), XLI Premio Ciudad de Barbastro.
A continuación se reproducen extractos de los apuntes del taller de novela que imparte en Fuentetaja, donde coordina varios cursos de narrativa corta y novela:

Antes de comenzar a escribir cualquier texto narrativo debemos tener una idea clara acerca de la historia que queremos contar […]. Por lo tanto, es importante que uno sea capaz de enunciar con palabras simples y concretas, cuál va a ser la historia que su novela contará […].
Sin embargo, una novela no cuenta sólo con una historia principal. De lo contrario, nos llegaría únicamente para llenar un centenar de páginas, quizá más, o quizá menos. Por lo general, en una novela se entretejen varias historias a la vez, si bien todas están supeditadas siempre a una sola de ellas (la principal). Las historias supeditadas a la principal son las secundarias. […]

La historia secundaria guarda una estrecha proximidad argumental con la principal. Por ejemplo: le sucede al padre, madre, vecino, hijo o jefe del protagonista, y el mismo protagonista está implicado en su desarrollo […].
Esa historia secundaria es una especie de metáfora de algo relacionado con la historia principal. Esto puede parecer un poco retorcido o complicado, pero en realidad no lo es. […] La relación entre el vecino del protagonista y su novia es en realidad el ideal de relación del protagonista, o su trasunto, o justo lo contrario, o un reflejo de su propia relación, que él no ve, contada para que sea el lector el que se dé cuenta.

En El gran Gatsby hay varias historias secundarias y, efectivamente, todas tienen que ver con la principal. Una de ellas es la de la relación del personaje-narrador con la joven Jordan Baker; o la del marido protagonista, Tom Bucanam, con una mujer de baja clase social a la que mantiene como amante; o la de esta mujer con su esposo, un hombrecillo que es propietario de un garaje, y que tendrá un papel crucial en el desenlace de la novela.

Cada una de estas historias secundarias tiene, y mucho, que ver con la principal. Todos los personajes se conocen, o se han conocido uno a través de otros, por lo que sus historias se entrecruzan. Alternando en la novela la narración de cada una de ellas, se consigue que el lector no pierda interés, más cuando, entre ellas existe tal contigüidad que el seguimiento de una de ellas, significa la comprensión de otras. Las páginas del nudo  se rellenan con acciones de interés, no con paja. Por último, cada una de estas historias secundarias está diciendo algo sobre la principal. La historia de Nick y Jordan, de la misma manera que la historia de Tom y su amante, nos ayudan a comprender la ambición y la fascinación que los personajes cuya procedencia es humilde sienten por los sofisticados y frívolos personajes más ricos. Aquí todo se relaciona con la fascinación del poder, la apariencia, la suntuosidad, la vacuidad, en definitiva”.

Citas extraídas de los apuntes del Taller de Novela que la escritora Cristina Cerrada imparte en Fuentetaja.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno, la observancia de principio siempre se sale la mayoría son la sociedad y familia, sobre todo la continuidad de trabajo y oficios, obviamente las oficinas y demás actividades que crean el ambiente de que casi se empieza, a veces la faenas de labores de hogar, en todo en caso varían de cada época y situaciones de la narrativa, en fin siempre es cambiante en la novela para que espectador vea que cada uno se intriga lo siguientes y despierta las emociones, alegria, chispas de ocurrencias mas divertidas, las tristezas, etc. esas son emociones de cada narrativa de deben valorar son ideas de mas valor.